EL PODER DE LAS PALABRAS.
En lo que llevamos de curso he observado el daño que se hace nuestro alumnado usando simplemente el poder de la palabra. Han existido situaciones en las que a partir de una comentario despectivo, alumnos han dejado de participar en la clase, otros han respondido con ira y, la mayoría, ha callado, reflejándose perfectamente en su rostro el dolor o la rabia, otros, han entrado en disputas.
Ante este tipo de situaciones, me planteo si los adolescentes son realmente conscientes del daño que hacen a sus compañeros. Al hablar con algunos de los alumnos que habían creado las situaciones anteriores, todos han reconocido que le han hecho daño al compañero pero que no creían que iba a ser para tanto. Es más, la mayoría de ellos, no se ha percatado del daño realizado.
Y es que las palabras pueden crear desde la felicidad hasta la desgracia. Una palabra …
Irresponsable puede encender discordias.
Cruel puede arruinar una relación.
De resentimiento puede crear odio.
Brutal puede herir.
1 – Explica hasta qué punto pueden doler las palabras dichas por otras personas
2 – ¿Has sentido alguna vez dolor por comentarios o insultos de otras personas? Detállalos.
3 – ¿Cómo reaccionaste en esas situaciones? ¿Deberías haberlo hecho de otra forma?
4 – Eres capaz de decir cuál es el tema sobre el que más dolor crees que pueden crear: racismo, machismo, amistades, familia, etc.
5 – De la misma forma que existen palabras que hacen daño también existen palabras que generan felicidad. ¿Puedes describir situaciones en las que las palabras te han ayudado mucho?
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